viernes, 3 de enero de 2014

Hey there! I am using Blogger.

Huola mundo! Es lo que solía poner programando, me creía más importante al hacerlo, el resto de mis compañeros ponía siempre lo mismo, el típico "Hola mundo". Tal vez sea precisamente eso, el creerme el mejor de todos lo que me ha llevado a tener que escribir esto. La verdad, no lo se, pero creo que es el catalizador de mucho de mis problemas.

El primer día del 2014 no fue un buen día para mi, se que no todos pueden serlo, pero coño llevaba 1 de 365. Digo malo, que no inútil. En estos primeros días me he dado cuenta de muchas cosas, he descubierto un objetivo, una idea, he puesto esencia a mis pensamientos y sacado en claro muchas cosas. He podido ver con mis propios ojos lo caprichosa que es la mente, puedes tirarte horas, días o años para ver las cosas claras, puede ser mientras hablas con alguien, mientras paseas o haces ejercicio, o simplemente no llegar. Pero en mi caso, he tenido que esperar a ver como bala una oveja en mitad del monte, subida a una piedra, alzándose sobre las demás creyéndose una reina. El por qué de que yo estuviera allí es otra historia, no muy alejada del motivo que me atañe en estos momentos, pero no traída ahora.

El enérgico impulso de dicho animal provocó que saliera de las tierras movedizas en las que mi mente se sumía por momentos. Ver como el resto del rebaño pasaba de ella, como si fuera una hoja más en un bosque otoñal, hizo que abriera los ojos..

Que ciego he estado siempre, que estúpido e ingenuo al pensar que la vida no era tan difícil como muchos imponían allá por donde fuesen. ¿Qué es madurar?, o mejor dicho, ¿qué es para mí madurar?. Madurar no es sinónimo de frialdad hacia las disimilitudes que se nos presentan, sino el saber controlar la ira, el genio y resolver las discrepancias sin faltar ni destruir al otro. Madurez es paciencia. Es la voluntad de posponer el éxtasis y la emoción inmediatos a favor de un beneficio a largo plazo. Madurar es perseverancia, es la habilidad y el conocimiento de sacar adelante un ideal, un trabajo o una situación a pesar de los contratiempos y retrocesos decepcionantes que en la vida se nos presentan a diario.

"El hombre es literalmente partido en dos:
Él tiene una consciencia de su espléndida identidad única
en cuanto a sobresalir de la naturaleza con una imponente
majestuosidad, y aún así vuelve al suelo ciega y tontamente,
para pudrirse y desaparecer para siempre"

Ernest Becker

Hace poco leí un ensayo de Sigmund Freud se llamaba “La transitoriedad”. En el habla sobre la psique humana, y cita una conversación que mantuvo con el poeta Rilke. Ambos caminaban a lo largo de un bello jardín con unas vistas increíbles. Y en un momento, Rilke veía como tenía la imperiosa necesidad de romper a llorar. Ante esto, Freud dijo, “¿Qué pasa? Si el día es perfecto, si las plantas están florecidas y preciosas, el jardín desprende pura armonía con la vida. Esto es magnífico”. Tras esto Rilke contestó, “Bueno, no puedo superar el hecho de que un día todo esto desaparecerá. Todos los árboles, todas las plantas, toda esta vida va a decaer. Todo se disuelve en el sinsentido cuando se piensa en el hecho de que la impermanencia es la única certeza. Tal vez el mayor “fastidio” existencial de todas es la entropía.”

Mentiría si dijera que lo entendí la primera vez que lo leí. Sin embargo ahora parece cobrar sentido en mi cabeza, porque tal vez sea ese el motivo por el cual aun estando enamorados, estemos un poco tristes. Hay un pesar, hay un temor subconsciente al cenit. ¿Será por eso que cosas hermosas nos pueden hacer sentir en ocasiones tristes?, ¿Será por eso que el amor nos llene a la vez de melancolía?, ¿Será por eso que a veces siento nostalgia por algo que no he perdido todavía por ver su fugacidad?. Y así, ¿cómo podemos responder a esto?, ¿Amamos con más fuerza?, ¿O nos apegamos al credo budista del no apego?, ¿Simplemente hacemos que no nos importa y nos resignamos a que lo que más amamos nos va a ser quitado?. Y la verdad, yo no sé si puedo aceptar eso. Mas no quiero, en su lugar hay que tener rabia contra la muerte de la luz, creo que hay que desafiar a la entropía y la impermanencia. Hay que disfrutar los días como si fuesen los últimos. Hay que demostrar al mundo que si es con la persona a la que amamos, todo tiene sentido. Aferrarse el uno al otro y susurrar a ese pesar y temor, que no la voy a dejar ir. Que no acepto la naturaleza efímera de los momentos felices, sino al contrario extenderla para siempre. Luchar por las cosas que para mí son preciadas y bellas. Y de esta manera no sucumbir ante el pernicioso temor al fin de las cosas.

Este es el concepto de mi idílico futuro. Puede que para algunos sea una locura, puede que para otros sea algo egoísta o incluso un utópico. Pero es mi manera de pensar, es con lo que me armonizaría con el mundo. Es con lo que mi vida cobraría sentido, una meta, un objetivo mas fuerte y poderoso que la más poderosa de las convicciones.

Puede que esto cobre sentido para mi, más puede incluso que sólo lo tenga para mi. No me resulta fácil expresar con palabras lo que por mi cabeza pasa a diario. Os juro que lo intentaré. Os juro que intentaré poner en orden mi cabeza y ver si de esta manera puedo ver mi sitio en el mundo.

                                                                                           Fran.



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